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"Veo la ciudad de Nueva York como una gran escultura," dijo Louise Nevelson. Nacida en Pereiaslav, Ucrania, Nevelson (1899–1988) vivió y trabajó en Manhattan desde los años veinte hasta los años ochenta. Conocida por sus audaces ensamblajes monocromáticos de objetos encontrados, apilados y compuestos, Nevelson quedó cautivada por la cambiante silueta de la ciudad y vio un potencial creativo en materiales descartados que recogía por las calles de noche. Al pintar estas esculturas en un sólo color (negro), ocultaba los detalles específicos e identificativos de objetos dispares como señuelos de pato, cajas de lechugas y trozos de varillas, transformándolos en formas abstractas. Mirada a la colección: Louise Nevelson reimagina la relación entre la obra de Nevelson y Nueva York, destacando la dinámica interacción que buscaba sugerir entre el movimiento y la quietud, la luz y la sombra, el amanecer y el atardecer.
Nevelson mantuvo una larga y profunda relación con el Whitney, que organizó su primera retrospectiva en 1967. Hoy, el Museo es uno de los mayores repositorios de su obra, con más de noventa esculturas, dibujos y grabados en la colección, muchos de ellos donaciones de la artista. Las obras reunidas aquí, que abarcan cuatro décadas, ofrecen una oportunidad especial para arrojar luz sobre esta autoproclamada "arquitecta de las sombras".
Mirada la colleción: Louise Nevelson forma parte de la programción Outside the Box, que cuenta con el generoso apoyo de la Jacques and Natasha Gelman Foundation.